Eleazar Dojaque
Eleazares y Dojacadas
Imágenes humorísticas al fin
del milenio.
Cartones editoriales, dibujos y collages. Prólogo
de Manuel Murrieta Saldívar.
203 pp. Primera edicion. Diciembre 2000.
ISBN 1-931139-02-4
Eleazares y Dojacadas es el resultado de un ser sensible que muestra
la realidad, por más cruel o gozosa que sea, con emotiva
alegría. Porque la característica constante de esta
obra, que conjunta más de una década de labor, es
la de producir un humor con cierta inocencia, con algo de nobleza,
con bastante ocurrencia y mucha espontaneidad. No es sólo
un producto intelectual sino también sentimental, elaborado
con emoción para alegrarnos la vida ya que aquí
la hilaridad surge en todas sus variantes: la sonrisa, la risa
y la carcajada a través de cartones editoriales, caricaturas,
dibujos y fotos, con palabras y frases, y hasta con imágenes
eróticas que además transmiten belleza--como lo
muestra la maestría del dibujo a la derecha. Este libro
tampoco es una simple colección de cartones editoriales
porque su capacidad imaginativa aborda el fotomontaje, el collage,
borradores de "cómics", bosquejos, estudios y
verdaderos dibujos logrados al carbón o a tinta que esperaron
el último detalle para darle, a veces el toque final, a
veces el toque de humor. Por eso Eleazares y Dojacadas cumple
con todo el universo de la caricatura: sátira política,
pastiches o imitaciones de personajes, hace distorsiones visuales,
crea imágenes de humor absurdo, incluye retratos burlescos
o reflexiones gráficas. Todo este arsenal de técnicas
y géneros cumple la misión esencial de la caricatura
y del dibujo: ridiculizar y entretener. Pero además esta
obra transmite conciencia social. Si la caricatura iguala al poderoso
con el resto de los mortales y lo convierte en ser humano con
defectos y torpezas, Eleazares y Dojacadas supera con creces este
precepto: critica a funcionarios corruptos, a narcotraficantes,
a potentados, a compañías transnacionales, a cuerpos
policíacos y hasta la misma naturaleza con su fuerza destructora.
A ellos se les encuentra sus lados flacos, se les aplica la burla,
se revelan sus debilidades o sus alcances dañinos de tal
manera que su poder, real o ficticio, temporal o permanente, se
evapora, se vuelve nada y lo convierte en risa.
Por esa capacidad de denuncia, este trabajo
continúa la tradición mexicana de la caricatura
de contenido social pero ahora reflejando la vida cotidiana de
los Estados Unidos--la imagen de la derecha es un culto a la belleza
de la mujer méxicoamericana. Porque su autor, Eleazar Dojaque,
no se asimila fácilmente: es prácticamente el único
dibujante del suroeste norteamericano que utiliza el carácter
combativo de la caricatura mexicana para denunciar la realidad
social de la Unión Americana. Y lo hace, además,
con el sentir propio de un emigrante porque él mismo lo
es. No se sorprenda, entonces, si encuentra aquí imágenes
que critican leyes discriminatorias; cartones sobre Bill Clinton,
con sus virtudes y debilidades; o ácidas imágenes
de elefantes republicanos que caen sobre una Casa Blanca demócrata.
Así, rebelde, irreverente y con picardía a la mexicana,
con noble sentido del humor, Dojaque caricaturiza a los anglos
y a los hispanos para que éstos tomen conciencia, con alegría,
del lugar que ahora habitan. Eleazares y Dojacadas, pues, es un
verdadero carnaval de imagen y de palabra, que lleva el único
fin de entretener con un humor que brota del corazón pero
que también denuncia; con un humor lleno de imaginación
y colorido sin pretensiones de llegar a un museo; un humor que
intenta hacer la vida más gozosa y consciente a todos aquellos
seres humanos comunes y corrientes que, por eleazares del destino
o por las dojacadas de la vida, se topen con este libro...
Eleazar Dojaque (1937), originario de
Sonora, México, cuenta con un amplio currículum
académico y profesional relacionado con los géneros
de la imagen; su trabajo ha sido diseminado prácticamente
por toda la República Mexicana y el suroeste de Estados
Unidos. Hizo estudios formales de pintura, dibujo y caricatura
en la Academia de Artes Plásticas de la Universidad de
Sonora, de la Universidad Autónoma de México y de
la prestigiada Academia de San Carlos en el Distrito Federal.
Sus primeros cartones editoriales y dibujos aparecen en los años
cincuentas en el periódico El imparcial y El sonorense
y, posteriormente, en Imagen del noroeste y Tribuna del Yaqui
de su estado natal. En Baja California fue caricaturista en La
voz de la frontera, El Mexicano y El Heraldo de Baja California;
en la ciudad de México colaboró en Ovaciones, Diario
de la Tarde de Novedades y Quehacer político; ahí
también incursiona en la realización de fotonovelas
e historietas. Ingresa al periodismo hispano en Arizona a mediados
de la década de los ochenta en los tabloides Ave Phoenix
y Prensa Hispana. También se ha desempeñado con
éxito como fotógrafo profesional, ganando varios
premios en México, actividad que ejerce actualmente en
Phoenix, Arizona, Estados Unidos, donde también funge como
cartonista, columnista y editor del semanario Monitor Hispano.
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